Historia de la sociedad
![]() Los grandes artifices de la ciudad deportiva del C.E.E. Miguel Pérez Beltrán, Antonio Antón Martínez, Manuel Martínez Lledó, Daniel Esteve Poveda, Julían Torregrosa Navarro, Juan Español Vidal, Manuel Díaz Cuenca y Alberto Sempere. |
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. 1ª Etapa La ciudad de Elda, asentada en el centro del valle del Vinalopó, con una población mayor de 50.000 habitantes, es eminentemente industrial y cosmopolita, y ha sido siempre por tradición una población amante de la naturaleza, muy aficionada a las salidas campestres en reducidos grupos de amigos. Ello trajo consigo entre estos grupos, la idea de formar un club excursionista que agrupara a todos estos buenos aficionados, con objeto de integrar y coordinar estas actividades a nivel de club federado; y así surgió el Centro Excursionista Eldense, que empezó a funcionar en los bajos de la calle General Mola en el año 1957 (como filial del Centro Excursionista de Alcoy, pionero en estas lídes), con un número inicial my reducido de socios, que exactamente alcanzaba la cifra de cuarenta y ocho. ![]() El ocho de noviembre de 1958 se redactaron los estatutos por los que debía regirse la actividad del Centro Excursionista Eldense, que fueron aprobados por la Federación Valenciana de Montaña, y debidamente legalizados por la primera autoridad de la provincia. Ya cumplidos estos requisitos iniciales, estos 48 socios iniciales con sus actividades montañeras, fueron creciendo de manera sorprendente y desmesurada superando hoy en día los 4000 socios. Las actividades de principio se limitaban a excursiones a parajes conocidos de la comarca y montañas del contorno, ampliándolas año tras año a las de la provincia, región y resto de España, organizando concursos de cumbres a nivel local, provincial y regional, marchas de regularidad, de orientación con brújula, sistema Dofour, campeonatos, cursillos y cuantas orientaciones tendían a preparar al montañero en los aspectos moral, cultural y deportivo. . . 2ª Etapa Fruto de esta formidable y entusiasta actividad, el centro se vio obligado a formar y crear nuevas secciones vinculadas a Montaña y empezaron a funcionar las de escalada, campamentos, cartografía, arqueología y espeleología, atrayendo a nuevos socios con lo que nuestro local quedó insuficiente y hubo que pensar en su ampliación, trasladando la sede social a la cuarta planta en la Calle Joaquín Coronel, en la Plaza de castelar. ![]() ![]() Se recuerda con añoranza aquella feliz época pasada, en la que el automóvil no abundaba precisamente, siendo los principios de la era de los 600, el Biscuter y las motos de 125 c.c.; pero para la gran masa de aficionados, el autocar era el vehículo más apropiado para los desplazamientos, todos en amor y compañía, con afición, humor y alegría, cargados hasta los topes con tiendas de campaña, cocinas, colchones, y demás utensilios que en aquel tiempo no eran tan perfectos y sofisticados como ahora, recordando acampadas como la de La Casa de La Torre, Valle de la Casella, Ibi, Dehesa Campoamor y tantas otras, y así las cosas y el correr del tiempo, se buscó otro local social en la calle Menéndez Pelayo que sirvió al propio tiempo como museo arqueológico. De esta segunda época, en el que el centro llevaba ya siete años explotando la piscina El Lido, se creó la sección de natación donde se realizaban cursillos, concursos y se dio servicio gratuito a los escolares de primera enseñanza, siendo este el primer paso para la creación de una sección no vinculada a Montaña, que hubo de federar. |